Según el artículo 46 de nuestra Constitución, los consumidores y usuarios tenemos derecho a un trato equitativo.
Según como lo veo, un trato equitativo significa que todos los ciudadanos, en cualquier parte del país, tengan acceso a servicios similares. El primer obligado a cumplir con ello debería ser la administración pública y las instituciones del sector, pero por supuesto, ese derecho es letra muerta en muchos aspectos.
La prueba más evidente es la concentración de infinidad de servicios en la gran área metropolitana, en perjuicio de los ciudadanos de otras regiones del país. Se pueden dar muchos ejemplos, desde servicios de salud a servicios de educación, pasando por servicios de energía y telecomunicaciones.
Parte del trato equitativo, además de tener posibilidad de acceso a servicios de similar calidad en cualquier parte del territorio nacional, debe ser en condiciones de precio similares. Es decir, con independencia de adonde adquiera la gasolina, por ejemplo, ésta debe tener el mismo costo para un liberiano que para un manudo. Por supuesto que entiendo que el costo de transportar el combustible a Liberia es superior que hacerlo a Alajuela, pero esos costos deberían balancearse, de manera que el precio sea el mismo para todos los consumidores. De hecho esa es la situación que tenemos en el caso de los combustibles.
Sin embargo, ese no es el caso de otros servicios públicos como la electricidad. Hoy mismo vi una noticia que me motivó a escribir estas líneas, la aprobación de ARESEP de un incremento de tarifas eléctricas (http://www.nacion.com/ln_ee/2009/enero/27/pais1855826.html) del 15% en San Carlos y del 10% en Heredia. Eso me recordó que viviendo en Alajuela, pago más por la electricidad que mis hermanos, que viven en Heredia. No conozco la situación en todo el país, pero evidentemente el servicio de suministro eléctrico no es equitativo para todos los ciudadanos, como lo establece la Constitución, sino que se ofrece en distintas condiciones, según el sitio en que se viva.
Eso no solo establece diferencias en el costo de vida de los ciudadanos en función de su residencia, sino que privilegia el desarrollo de unas zonas en perjuicio de otras, en función de la infraestructura, los servicios ofrecidos y el costo de los mismos.
Seguramente habrá muchos ejemplos que ilustren porque afirmo que el trato equitativo es letra muerta.
Tuesday, January 27, 2009
Thursday, January 22, 2009
Acción ciudadana: ser o no ser
El barullo que se ha formado al interior del PAC, sobre la forma de escoger a su candidato presidencial si, eventualmente, surge más de una candidatura, es revelador en varios aspectos.
La ausencia de normas partidarias para la elección del candidato presidencial, refleja, en primera instancia, que el PAC tiene una génesis basada en el caudillismo, o para decirlo de forma más elegante, en el liderazgo, de Otón Solís. Esto es aún más evidente si tenemos en cuenta que el partido fue fundado no por inexpertos jovencitos que hacían sus primeras armas en las lides políticas, sino por políticos de amplia experiencia en otros partidos, muchos de ellos, además, con formación académica en ciencias políticas. En este aspecto particular el PAC no se diferencia en nada de los otros partidos, a los que sus voceros llaman partidos tradicionales.
Hay otras evidencias de que la visión caudillista aún se mantiene y juega un papel importante en las decisiones de un partido cuyo nombre, para no hablar de los principios que lo sustentan, implicaría formas más democrática y participativas en su vida institucional. Recuérdese, por ejemplo, la forma de seleccionar los candidatos a diputados para las elecciones del 2006.
Primero se establecieron cursos y pruebas de idoneidad, a juicio de una comisión de “guardianes de la fe”, después, otra comisión de la cúpula, podía nombrar candidatos a dedo, dizque para balancear las papeletas por género, sin que las beneficiadas tuvieran que pasar los cursos y pruebas mencionadas y finalmente, el caudillo, podía elegir, también a dedo, siete candidatos, sin que éstos requirieran los cursos y pruebas. Tal y como lo afirmé en octubre del 2005 (http://ticoblogg.blogspot.com/2005/10/participacin-ciudadana-o-del-ciudadano.html), en este otro aspecto, tampoco se diferencia el PAC de los partidos que ellos llaman tradicionales.
La actual discusión, ante la eventual aspiración de la exdiputada Campbell Barr a la candidatura presidencial, revela le existencia de sectores “caudillistas” en el partido, como la exdiputada Martha Zamora, que opina que la designación debería hacerla la cúpula, es decir la Asamblea Nacional, en donde ella misma reconoce, hay más afinidad por Otón Solís (http://www.nacion.com/ln_ee/2009/enero/22/pais1848694.html).
La decisión que tome la Asamblea en las próximas semanas sobre la forma de seleccionar la candidata presidencial del partido, será muy reveladora sobre la coherencia del partido con su nombre y sus postulados. Los principios de participación ciudadana deberían ser suficientes para inclinarse por una convención abierta entre sus votantes y simpatizantes. Ir por el camino contrario, es decir, por delegar la elección del candidato presidencial en una pequeña camarilla o asamblea, revelaría la incongruencia del partido con sus principios y estaría usando una práctica que los partidos tradicionales superaron hace muchos años.
Sigo sin encontrar diferencia en las formas de gestión política entre el PAC y los partidos tradicionales, aunque dependiendo de la decisión de la Asamblea del PAC, éste podría ser menos participativo que aquellos.
La ausencia de normas partidarias para la elección del candidato presidencial, refleja, en primera instancia, que el PAC tiene una génesis basada en el caudillismo, o para decirlo de forma más elegante, en el liderazgo, de Otón Solís. Esto es aún más evidente si tenemos en cuenta que el partido fue fundado no por inexpertos jovencitos que hacían sus primeras armas en las lides políticas, sino por políticos de amplia experiencia en otros partidos, muchos de ellos, además, con formación académica en ciencias políticas. En este aspecto particular el PAC no se diferencia en nada de los otros partidos, a los que sus voceros llaman partidos tradicionales.
Hay otras evidencias de que la visión caudillista aún se mantiene y juega un papel importante en las decisiones de un partido cuyo nombre, para no hablar de los principios que lo sustentan, implicaría formas más democrática y participativas en su vida institucional. Recuérdese, por ejemplo, la forma de seleccionar los candidatos a diputados para las elecciones del 2006.
Primero se establecieron cursos y pruebas de idoneidad, a juicio de una comisión de “guardianes de la fe”, después, otra comisión de la cúpula, podía nombrar candidatos a dedo, dizque para balancear las papeletas por género, sin que las beneficiadas tuvieran que pasar los cursos y pruebas mencionadas y finalmente, el caudillo, podía elegir, también a dedo, siete candidatos, sin que éstos requirieran los cursos y pruebas. Tal y como lo afirmé en octubre del 2005 (http://ticoblogg.blogspot.com/2005/10/participacin-ciudadana-o-del-ciudadano.html), en este otro aspecto, tampoco se diferencia el PAC de los partidos que ellos llaman tradicionales.
La actual discusión, ante la eventual aspiración de la exdiputada Campbell Barr a la candidatura presidencial, revela le existencia de sectores “caudillistas” en el partido, como la exdiputada Martha Zamora, que opina que la designación debería hacerla la cúpula, es decir la Asamblea Nacional, en donde ella misma reconoce, hay más afinidad por Otón Solís (http://www.nacion.com/ln_ee/2009/enero/22/pais1848694.html).
La decisión que tome la Asamblea en las próximas semanas sobre la forma de seleccionar la candidata presidencial del partido, será muy reveladora sobre la coherencia del partido con su nombre y sus postulados. Los principios de participación ciudadana deberían ser suficientes para inclinarse por una convención abierta entre sus votantes y simpatizantes. Ir por el camino contrario, es decir, por delegar la elección del candidato presidencial en una pequeña camarilla o asamblea, revelaría la incongruencia del partido con sus principios y estaría usando una práctica que los partidos tradicionales superaron hace muchos años.
Sigo sin encontrar diferencia en las formas de gestión política entre el PAC y los partidos tradicionales, aunque dependiendo de la decisión de la Asamblea del PAC, éste podría ser menos participativo que aquellos.
Sunday, January 18, 2009
Berreo por la libre
He intentado, sin éxito, que dos blogueros con respaldo de los medios, se interesaran por un tema que me parece importante. Primero lo intenté con un comentario en el blog que me parecía más pertinente, por tratar temas relativos al consumidor, el “Derecho al berreo” (http://dycon.nacion.com/blogs/blog6.php) de la periodista Hazel Feigenblatt. Luego lo intenté, con otro comentario, en el blog “Por la libre” (http://www.elfinancierocr.com/blog/porlalibre/), enfocado a temas de libertades.
El asunto tiene que ver con el servicio de internet de banda ancha de RACSA, que se ofrece vía cable módem. RACSA no brinda el servicio directamente, sino que lo ofrece con la intermediación de empresas de televisión por cable. Lo que me parece una restricción a la libertad del consumidor es que las empresas intermediarias, e indirectamente RACSA, nos obliguen a adquirir servicios adicionales al contratar el servicio de internet. Efectivamente, para obtener ese servicio no queda más remedio que adquirir, además, el servicio de televisión por cable, estemos o no interesados en el mismo.
Si por ejemplo uno es fiebre de la liga española de futbol y quiere tener acceso a los partidos, contratará un servicio de televisión satelital que es la única que los ofrece, pero si le interesa el servicio de internet de banda ancha de RACSA, se verá obligado a contratar también el de televisión por cable que no le interesa. Esto se me parece a una práctica de los vendedores de lotería, por la cual la ley los persigue, cuando te obligan a comprar un número alto para venderte un número bajo muy popular y de gran demanda.
Por otra parte, una empresa esencialmente pública como RACSA, le facilita el negocio a empresas privadas de televisión por cable, en perjuicio de la libertad del consumidor de poder escoger los servicios que desea, de los proveedores que le parezcan.
¿Qué opinará de esto la Oficina del Consumidor?
El asunto tiene que ver con el servicio de internet de banda ancha de RACSA, que se ofrece vía cable módem. RACSA no brinda el servicio directamente, sino que lo ofrece con la intermediación de empresas de televisión por cable. Lo que me parece una restricción a la libertad del consumidor es que las empresas intermediarias, e indirectamente RACSA, nos obliguen a adquirir servicios adicionales al contratar el servicio de internet. Efectivamente, para obtener ese servicio no queda más remedio que adquirir, además, el servicio de televisión por cable, estemos o no interesados en el mismo.
Si por ejemplo uno es fiebre de la liga española de futbol y quiere tener acceso a los partidos, contratará un servicio de televisión satelital que es la única que los ofrece, pero si le interesa el servicio de internet de banda ancha de RACSA, se verá obligado a contratar también el de televisión por cable que no le interesa. Esto se me parece a una práctica de los vendedores de lotería, por la cual la ley los persigue, cuando te obligan a comprar un número alto para venderte un número bajo muy popular y de gran demanda.
Por otra parte, una empresa esencialmente pública como RACSA, le facilita el negocio a empresas privadas de televisión por cable, en perjuicio de la libertad del consumidor de poder escoger los servicios que desea, de los proveedores que le parezcan.
¿Qué opinará de esto la Oficina del Consumidor?
Thursday, January 08, 2009
¿Dónde están los mil de Arias?
¿Dónde están los mil de Arias?
El Presidente Arias siempre se ha ufanado de rodearse de lo que él llama la “meritocracia”, es decir, de las personas más inteligentes y capaces, para ejercer las principales responsabilidades en sus actividades políticas, ya sea en las campañas o en el ejercicio del poder. No podemos negar que rodearse de los mejores es un indicador de inteligencia del Presidente, y a la vez, una oportunidad para que surjan nuevos liderazgos y adquieran experiencia política nuevas generaciones de dirigentes. Si uno compara los colaboradores más cercanos de Arias con los de otros mandatarios, probablemente esté de acuerdo en que el actual presidente ha realizado una mejor selección de su equipo o quizás ha tenido mejor suerte, aunque no le han faltado errores.
Por otra parte, en un partido que dispone de gran cantidad de simpatizantes y en una sociedad con una proporción importante de profesionales de alto nivel, muchos de los cuales ostentan formación y experiencia de alto nivel y con un considerable número de ellos ejerciendo labores en organismos y empresas internacionales, no debe ser difícil contar con un amplio y selecto grupo de colaboradores para integrar la meritocracia. Sin ir muy lejos, basta con recordar que durante la campaña política, Arias, el candidato, hablaba de los mil o más cerebros que estaban a cargo de la formulación de su programa de gobierno, cantidad suficiente para seleccionar, no uno, sino muchos gabinetes.
Por eso llama la atención la reiterada iniciativa del Presidente de desvestir un santo para vestir otro, es decir, buscar sus colaboradores en un círculo muy pequeño, lo que llamaría nuestro pueblo, la misma argolla. Para muestra, unos pocos botones.
Su primer ministro de Agricultura y Ganadería, salió del gabinete para encabezar la campaña del sí, asunto en que apenas pasó dejando los pelos en el alambre, para luego desaparecer de la escena política. La pregunta es ¿No había otra gente capaz de asumir la dirección de la campaña del sí?
Otro tanto se puede decir de la sustitución del Ministro Berrocal por la exdiputada Del Vechio o de la sustitución del exministro Zumbado por la también exdiputada Ing. Clara Zomer. En ambos casos, la Asamblea Legislativa perdió buenas diputadas oficialistas. El último episodio lo representa el paso de la Diputada Mayi Antillón a ocupar funciones de relacionista pública del ejecutivo. En este caso ni siquiera se preocuparon de guardar las formas ni les importó el principio de independencia de poderes.
La diputada Antillón se convertirá en la única diputada por horas, mantendrá su curul, pero solo asistirá al Congreso a emitir el voto cuando sea necesario para conformar la mayoría necesaria. Aunque el Presidente y la Diputada expresaron inicialmente la conveniencia de que la segunda abandonara definitivamente su curul, después se desdijeron, ante la resistencia encontrada por el nombre del siguiente en la fila de los diputados.
¿No hay en este país otra persona con los méritos necesarios para asumir la dirección de las relaciones públicas del ejecutivo? ¿No hay alguno, entre los mil de Arias, capaz de asumir esas funciones? ¿En donde están los mil de Arias?
Lo que parece es que además de méritos, se requiere estar en la argolla. La meritocracia convertida en meritoargolla.
El Presidente Arias siempre se ha ufanado de rodearse de lo que él llama la “meritocracia”, es decir, de las personas más inteligentes y capaces, para ejercer las principales responsabilidades en sus actividades políticas, ya sea en las campañas o en el ejercicio del poder. No podemos negar que rodearse de los mejores es un indicador de inteligencia del Presidente, y a la vez, una oportunidad para que surjan nuevos liderazgos y adquieran experiencia política nuevas generaciones de dirigentes. Si uno compara los colaboradores más cercanos de Arias con los de otros mandatarios, probablemente esté de acuerdo en que el actual presidente ha realizado una mejor selección de su equipo o quizás ha tenido mejor suerte, aunque no le han faltado errores.
Por otra parte, en un partido que dispone de gran cantidad de simpatizantes y en una sociedad con una proporción importante de profesionales de alto nivel, muchos de los cuales ostentan formación y experiencia de alto nivel y con un considerable número de ellos ejerciendo labores en organismos y empresas internacionales, no debe ser difícil contar con un amplio y selecto grupo de colaboradores para integrar la meritocracia. Sin ir muy lejos, basta con recordar que durante la campaña política, Arias, el candidato, hablaba de los mil o más cerebros que estaban a cargo de la formulación de su programa de gobierno, cantidad suficiente para seleccionar, no uno, sino muchos gabinetes.
Por eso llama la atención la reiterada iniciativa del Presidente de desvestir un santo para vestir otro, es decir, buscar sus colaboradores en un círculo muy pequeño, lo que llamaría nuestro pueblo, la misma argolla. Para muestra, unos pocos botones.
Su primer ministro de Agricultura y Ganadería, salió del gabinete para encabezar la campaña del sí, asunto en que apenas pasó dejando los pelos en el alambre, para luego desaparecer de la escena política. La pregunta es ¿No había otra gente capaz de asumir la dirección de la campaña del sí?
Otro tanto se puede decir de la sustitución del Ministro Berrocal por la exdiputada Del Vechio o de la sustitución del exministro Zumbado por la también exdiputada Ing. Clara Zomer. En ambos casos, la Asamblea Legislativa perdió buenas diputadas oficialistas. El último episodio lo representa el paso de la Diputada Mayi Antillón a ocupar funciones de relacionista pública del ejecutivo. En este caso ni siquiera se preocuparon de guardar las formas ni les importó el principio de independencia de poderes.
La diputada Antillón se convertirá en la única diputada por horas, mantendrá su curul, pero solo asistirá al Congreso a emitir el voto cuando sea necesario para conformar la mayoría necesaria. Aunque el Presidente y la Diputada expresaron inicialmente la conveniencia de que la segunda abandonara definitivamente su curul, después se desdijeron, ante la resistencia encontrada por el nombre del siguiente en la fila de los diputados.
¿No hay en este país otra persona con los méritos necesarios para asumir la dirección de las relaciones públicas del ejecutivo? ¿No hay alguno, entre los mil de Arias, capaz de asumir esas funciones? ¿En donde están los mil de Arias?
Lo que parece es que además de méritos, se requiere estar en la argolla. La meritocracia convertida en meritoargolla.
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