Monday, November 15, 2010

“El patriotismo es el último refugio de los canallas” (Samuel Johnson)

Hoy pasé por debajo del puente elevado en las cercanías de Radio Monumental, allí había instalado un puesto de una empresa del sector del plástico y una cuadrilla de personas, supongo que con el corazón inflamado de patriotismo, repartiendo banderas de Costa Rica, sin costo alguno y sin límite en el número. Supongo que la empresa quería demostrar su fervor patriótico en momentos en los que el país se enfrenta, nuevamente, a un conflicto con nuestros vecinos del norte.

Esa es solo una de las expresiones de patriotismo que han surgido en los últimos días, que se une a múltiples correos electrónicos y otras formas de expresión. Cuando me ofrecieron la bandera, pregunté si no tenían también una de Nicaragua, porque me parecía que las dos banderas juntas serían un mensaje de fraternidad, paz, neutralidad. El tipo que me ofrecía la bandera me miró con gesto sorprendido y abandonó su intento de exaltar mi patriotismo.

Por supuesto que no minimizo la gravedad del problema que enfrenta nuestro país con Nicaragua, pero no creo que exacerbar el patriotismo sea el camino correcto. De eso a promover actitudes xenofóbicas solo hay un pequeño paso. Creo que la actitud correcta es la que ha seguido el gobierno presidido por Doña Laura Chinchilla, firmeza y diplomacia, respeto entre los pueblos.

A los ciudadanos nos corresponde unirnos en torno al gobierno y apoyar sus iniciativas. Un buen ejemplo es la posición de Ottón Solís, en su artículo de hoy en La Nación (http://www.nacion.com/2010-11-15/Opinion/PaginaQuince/Opinion2590326.aspx), o la de los ex presidentes Monge y Pacheco, en la conferencia de prensa después de su reunión con la Sra. Presidenta. Aunque no dejó de sorprenderme el cambio de Don Abel hacia el pacifismo y las vías diplomáticas para la resolución de conflictos, el mismo Don Abel que nos metió en la lista de aliados de los Estados Unidos de América en la guerra contra Irak, a contrapelo del derecho internacional, el mismo que invadió, con tropas somocistas, el territorio nacional en 1955. Como diría mi abuela, ¡Bendito sea Dios!

Creo que apoyar al gobierno en su planteamiento para resolver el problema es la forma adecuada de encauzar el patriotismo, no echándole leña al fuego. Después de negarme a recibir la bandera, me preguntaba: ¿La “patriótica” empresa que regalaba banderas, pagará “patrióticamente” todos sus impuestos?

Monday, November 08, 2010

Honrar, honra

El día de hoy recibí una invitación electrónica para asistir a la Ceremonia de Denominación del Laboratorio de Geoquímica Volcánica del OVSICORI-UNA, con el nombre del Dr. Eduardo Malavassi Rojas. La misma se realizará el próximo 26 de noviembre, con el patrocinio del Consejo Universitario y del OVSICORI.

Conocí a Eduardo cuando yo apenas iniciaba mi relación con la UNA, allá por los finales de los 70, pegando propaganda para una elección de la rectoría, cuando el suscrito padecía lo que podemos llamar, parafraseando a Lenin, “la enfermedad infantil del izquierdismo”. Luego tuvimos poca relación, probablemente cada vez que enfrentábamos alguna elección a nivel de Facultad o de Universidad, probablemente en lados opuestos.

Nuestros caminos volvieron a cruzarse a inicios de los 90, cuando ambos estábamos un poco más maduros y probablemente curados de espantos. De nuevo nos volvió a unir la política universitaria, en esa ocasión yo aspiraba a ocupar la decanatura y Eduardo era un aliado fundamental para convencer a los compañeros del emergente OVSICORI. Ahí se inició una amistad, fundamentada en el mutuo respeto y en la aspiración común de contribuir a crear una universidad de excelencia.

Eduardo, sin duda, realizó importantes contribuciones al desarrollo de la UNA. Participó, con otros compañeros, en la génesis y el desarrollo de lo que hoy es el OVSICORI, así como en la construcción de una de sus herramientas fundamentales, la red sismográfica del Observatorio y en la constitución del área de vulcanología. Posteriormente participó en la creación de la FUNA, apoyo fundamental para el desarrollo de la investigación, la cooperación internacional y la transferencia de conocimiento, hasta que la mató un capricho.

Eduardo siempre ha sido un universitario proactivo y comprometido. Su compromiso lo llevó a aceptar ser candidato a la Vicerrectoría Académica, acompañando a ese otro gran universitario, Carlos Murillo, un gran rector que no pudo ser. Siempre me he sentido orgulloso de haber sido uno de los que sugirió el nombre de Eduardo, para ocupar esa trinchera.

Seguro que en este recuento omito muchas otras contribuciones de Eduardo, siempre interesado en una universidad de calidad. Por ello me uno al merecido reconocimiento que la UNA le otorga a Eduardo, al denominar con su nombre, el Laboratorio de Geoquímica Volcánica del OVSICORI-UNA.

Los universitarios como Eduardo, que se comprometen y toman posiciones, no solo generan aliados, sino también adversarios, sobre todo entre quienes están más cerca. Por eso creo que los miembros de OVSICORI también merecen un reconocimiento, por haber tenido la grandeza de espíritu para honrar a un colega que realizó importantes contribuciones al OVSICORI y a la UNA. Honrar, honra, es de bien nacidos ser agradecidos.