Tuesday, December 20, 2011

La chanchada de Otón

El periódico La Nación y otros medios se hicieron eco de la noticia del accidente que sufrió Don Otón Solís, líder y padre fundador del PAC y progenitor del matrimonio contra natura que tiene el plan fiscal en discusión. Según se desprende de las declaraciones del propio Don Otón, sufrió una caída cuando se disponía a matar un chancho, lo que le produjo una contusión en el cráneo y una pasajera inconsciencia (real, no política) de la que se recuperó prontamente. Celebramos que el accidente no pasara a más y que tengamos un político peleón para rato, aunque generalmente no esté de acuerdo con el.

Sin embargo, de la chanchada de Don Otón se pueden sacar algunas conclusiones. La primera y más evidente, es que es un hombre de cabeza dura; eso ya lo sabíamos por su comportamiento en la política nacional, adonde su terquedad y obstinación son harto conocidas, sin embargo ahora tenemos mayor evidencia.

Otra conclusión es que a pesar de su cacareado discurso ético, don Otón tiene, como todo ser humano, sus debilidades, y a veces, se salta la norma (¿o debería decir la ley?). Así es. Seguro que el pobre marrano, víctima de Don Otón, fue sacrificado de forma tal que no se cumplió con lo que establece el Sistema Nacional de Salud Animal al respecto, todo por la afición de Don Otón, que comparto, a los chicharrones, el frito, la morcilla, los tamales y otras sabrosuras que provienen del suino. Lo que no sabemos es si a Don Otón también le gusta el chorizo, tan popular entre los políticos.

Todavía se puede especular sobre otro límite que seguro Don Otón romperá en los próximos días, el que le estableció su médico con respecto al consumo de lípidos, de lo contrario, el cerdo habrá muerto en vano, antecediendo probablemente, al plan fiscal, hijo adoptivo de Don Otón, que probablemente tenga el mismo destino del marrano, la muerte, pero sin las sabrosas consecuencias de aquel.

En conclusión, queda demostrado que hay tentaciones a las cuales Don Otón no puede, ni quiere, resistirse, que lo llevan incluso, a incumplir la normativa.