La Universidad de Salamanca, España, una de las más antiguas del mundo, decidió otorgarle al Presidente Arias, el título honorífico más alto que conceden las academias, el “Doctorado Honoris Causa” en Ciencias de la Educación. Dicho honor no se concede de forma antojadiza o por ocurrencia de una de las autoridades de la Universidad, debe ser propuesto por el Consejo de Gobierno de la Universidad y aprobado por el Claustro de Doctores, después de escuchar la propuesta y la correspondiente defensa por parte de algún miembro de su seno. El Claustro de Doctores está formado por “todos los Profesores de la Universidad de Salamanca, en activo o que se hayan jubilado prestando servicios en ella, que posean el título de Doctor y aquellos Doctores por la Universidad de Salamanca que lo soliciten”. Es decir, es un órgano colegiado numeroso, formado por personas con formación en las más diversas áreas de las ciencias y las humanidades, que tienen en común un doctorado académico, o como lo llaman algunos un doctorado “sudoris causa”.
En el caso de Arias, se concede tan honroso reconocimiento a “la calidad y significación de sus reflexiones educativas en todos sus libros, de sus iniciativas legislativas en temas de educación y del tratamiento específico de temas educativos” (http://www.usal.es/webusal/node/2920).
Numerosas veces, desde este “blog”, he realizado críticas al Presidente Arias y a muchas de sus acciones (http://ticoblogg.blogspot.com/2008/11/la-democracia-corroborativa.html), pero como costarricense me alegra que un conciudadano y en particular el Presidente de la República, reciba reconocimiento y honores por sus contribuciones a la sociedad, honor que indudablemente también le corresponde a nuestro país.
Por supuesto cada ciudadano puede tener su propia opinión sobre los merecimientos del Presidente Arias para hacerse acreedor de tan alto honor y, en nuestro país, es posible que las opiniones estén teñidas de las simpatías o antipatías que despierta el Presidente, sobre todo en un periodo electoral en el que las pasiones están a flor de piel. Personalmente me parece que sí el Sr. Arias ha recibido un Premio Nobel, un Premio Príncipe de Asturias y doctorados honoris causa en más de cuarenta y cinco universidades alrededor del mundo, algunos méritos debe tener.
Así como el suscrito manifiesta su opinión, en este caso favorable al otorgamiento del título honorífico al Sr. Presidente, quienes no estén de acuerdo con ello tienen todo el derecho de expresarlo. Lo que me parece poco racional, en contraposición a visceral, es pedirle a la Universidad de Salamanca que anule la decisión del Claustro de Doctores y no lo otorgue el mencionado honor académico al Sr. Arias, como lo han hecho la ex Defensora de los Habitantes y frustrada candidata a diputada, Sra. Lisbeth Quesada y el asambleísta del PAC, Rodrigo Cabezas (http://www.diarioextra.com/2009/noviembre/20/nacionales10.php).
Hacer semejante petición es suponer que la Universidad, con casi ochocientos años de historia, y su claustro de doctores, así como las otras 45 universidades que la precedieron, tomaron una decisión a la ligera. Esas actitudes solo se explican desde la pequeñez de espíritu de algunas personas, motivada, probablemente, por la pasión y las frustraciones políticas. Por supuesto que los solicitantes tienen todo el derecho de acudir a la Universidad con su petitoria, cada uno tiene derecho a ser protagonista de su propio ridículo.
Sunday, November 22, 2009
Wednesday, November 18, 2009
El plagio del PAC, fusílenlo, después averiguamos
Según información periodística, el programa de gobierno del PAC, recientemente presentado en un acto público, con la presencia del adalid de la ética y la moralidad, Ottón Solís, está plagado de ideas copiadas.
Al parecer, al menos 19 párrafos relacionados con la propuesta sobre salud, son copia textual de documentos de la Caja Costarricense del Seguro Social. El mismísimo candidato aceptó que eso era cierto, en una entrevista que le hicieron en el programa radial “Nuestra Voz”. Seguramente eso provocará ríos de tinta en los próximos días, pero mientras tanto el asunto da que pensar.
Por una parte, es una demostración de que el caballo de batalla del PAC, la ética y la moral, no lo comparten todos sus adeptos, incluidos importantes líderes del partido, tan importantes, que formaron parte de la comisión que redactó el programa y que por lo tanto, se puede suponer, pertenecen a la élite del partido, a los guardianes de la fe, a los ideólogos que le marcan el rumbo al partido.
Por otra parte, refleja la ausencia de ideas propias por parte de un partido que estuvo cerca de ganar las elecciones anteriores y que aspira a gobernar el país. Además es un reconocimiento de que las ideas impulsadas por el actual gobierno, al que el PAC descalifica un día sí y el otro también, son valiosas, tan valiosas como para incluirlas en su propio programa de gobierno.
El problema surgido también refleja la intolerancia e integrismo de Ottón. Durante la entrevista con la periodista Amelia Rueda, declaró que al autor del plagio, había que expulsarlo del partido, sin otorgarle el beneficio de la duda. Ottón se tornó en juez y parte, aplicando un juicio sumarísimo, sin siquiera preguntarle a los responsables qué había ocurrido para que ideas ajenas fueran adoptadas en el programa del PAC, sin reconocer su autoría. Ottón, el intolerante, sigue los pasos de Pancho Villa o de José Stalin, cuando decían aquello de, fusílenlo, después averiguamos.
La voluntad popular nos libre de los Ayatolas
Al parecer, al menos 19 párrafos relacionados con la propuesta sobre salud, son copia textual de documentos de la Caja Costarricense del Seguro Social. El mismísimo candidato aceptó que eso era cierto, en una entrevista que le hicieron en el programa radial “Nuestra Voz”. Seguramente eso provocará ríos de tinta en los próximos días, pero mientras tanto el asunto da que pensar.
Por una parte, es una demostración de que el caballo de batalla del PAC, la ética y la moral, no lo comparten todos sus adeptos, incluidos importantes líderes del partido, tan importantes, que formaron parte de la comisión que redactó el programa y que por lo tanto, se puede suponer, pertenecen a la élite del partido, a los guardianes de la fe, a los ideólogos que le marcan el rumbo al partido.
Por otra parte, refleja la ausencia de ideas propias por parte de un partido que estuvo cerca de ganar las elecciones anteriores y que aspira a gobernar el país. Además es un reconocimiento de que las ideas impulsadas por el actual gobierno, al que el PAC descalifica un día sí y el otro también, son valiosas, tan valiosas como para incluirlas en su propio programa de gobierno.
El problema surgido también refleja la intolerancia e integrismo de Ottón. Durante la entrevista con la periodista Amelia Rueda, declaró que al autor del plagio, había que expulsarlo del partido, sin otorgarle el beneficio de la duda. Ottón se tornó en juez y parte, aplicando un juicio sumarísimo, sin siquiera preguntarle a los responsables qué había ocurrido para que ideas ajenas fueran adoptadas en el programa del PAC, sin reconocer su autoría. Ottón, el intolerante, sigue los pasos de Pancho Villa o de José Stalin, cuando decían aquello de, fusílenlo, después averiguamos.
La voluntad popular nos libre de los Ayatolas
Wednesday, November 11, 2009
Bachillerato, fraude, tecnología y desarrollo educativo
Como cada año para éstas fechas, los periódicos revelan la existencia de fraude en los exámenes de bachillerato, realizados en al menos seis colegios. Según la nota periodística (http://www.nacion.com/ln_ee/2009/noviembre/11/pais2155531.html), el mismo se produjo en los exámenes de matemáticas y estudios sociales. Al parecer algunos profesores suministraron las respuestas a estudiantes y éstos, haciendo uso de las tecnologías de la información, difundieron la buena nueva.
Con todo lo grave que resulta el fraude denunciado, la afinidad y la capacidad de los estudiantes para utilizar las tecnologías de la información queda clara y debería ser un componente importante a tener en cuenta en los programas educativos, incluidos, por supuesto, los métodos de evaluación del proceso enseñanza-aprendizaje.
Las tecnologías de la información forman parte de la vida diaria, sobre todo de las nuevas generaciones, por lo que no podemos pretender ignorarlas en los procesos educativos. Los celulares, internet, las computadoras son herramientas de uso cotidiano y más temprano que tarde estarán en cada pupitre. Todo deberá ajustarse a esa realidad, incluso los “exámenes” y métodos de evaluación.
Ahora la memoria no es tan importante, todo está en la red; los procedimientos complicados que provocaban quebraderos de cabeza ahora se resuelven en fracciones de segundo, gracias a las computadoras y el “software”. Lo importante es que el estudiante pueda seleccionar la información apropiada dentro de ese océano de información disponible y procesarla de manera tal que le permita lograr sus objetivos de aprendizaje y lo prepare para el abordaje y resolución de problemas, para la creación artística y le permita desarrollarse como persona y ciudadano.
Varios países nos indican el camino correcto. Finlandia, por ejemplo, ha establecido el acceso a internet como un derecho de los ciudadanos, a partir de julio de 2010, con un megabit de velocidad como mínimo. Otros países que establecieron ese derecho, incluso con anterioridad a Finlandia, son Suiza, Estonia, Francia o Grecia (http://www.cronicaviva.com.pe/content/view/98452/59/).
Otro ejemplo interesante de por dónde van los tiros, es Dinamarca. El gobierno danés acaba de decidir permitir el acceso a internet a los estudiantes durante sus exámenes, con la única restricción de intercambio de mensajes. El Gobierno argumenta que internet y las computadoras son parte de la vida diaria y que por tanto debe ser incluida en el aula y los exámenes (http://thenextweb.com/europe/2009/11/05/students-denmark-allowed-full-access-internet-exams/).
En esas circunstancias el estudiante debe tener el conocimiento y sentido crítico suficiente para discriminar la información adecuada de la que no lo es y disponer de criterios para su filtrado y análisis. Además debe aprender a realizar una administración adecuada del tiempo disponible, para el examen, que suele ser limitado. Evidentemente todo ello requiere un nuevo enfoque educativo que seguramente los estudiantes adoptarán con relativa facilidad. La pregunta es si los profesores y autoridades educativas estamos preparados para ese cambio. Tengo mis dudas.
Con todo lo grave que resulta el fraude denunciado, la afinidad y la capacidad de los estudiantes para utilizar las tecnologías de la información queda clara y debería ser un componente importante a tener en cuenta en los programas educativos, incluidos, por supuesto, los métodos de evaluación del proceso enseñanza-aprendizaje.
Las tecnologías de la información forman parte de la vida diaria, sobre todo de las nuevas generaciones, por lo que no podemos pretender ignorarlas en los procesos educativos. Los celulares, internet, las computadoras son herramientas de uso cotidiano y más temprano que tarde estarán en cada pupitre. Todo deberá ajustarse a esa realidad, incluso los “exámenes” y métodos de evaluación.
Ahora la memoria no es tan importante, todo está en la red; los procedimientos complicados que provocaban quebraderos de cabeza ahora se resuelven en fracciones de segundo, gracias a las computadoras y el “software”. Lo importante es que el estudiante pueda seleccionar la información apropiada dentro de ese océano de información disponible y procesarla de manera tal que le permita lograr sus objetivos de aprendizaje y lo prepare para el abordaje y resolución de problemas, para la creación artística y le permita desarrollarse como persona y ciudadano.
Varios países nos indican el camino correcto. Finlandia, por ejemplo, ha establecido el acceso a internet como un derecho de los ciudadanos, a partir de julio de 2010, con un megabit de velocidad como mínimo. Otros países que establecieron ese derecho, incluso con anterioridad a Finlandia, son Suiza, Estonia, Francia o Grecia (http://www.cronicaviva.com.pe/content/view/98452/59/).
Otro ejemplo interesante de por dónde van los tiros, es Dinamarca. El gobierno danés acaba de decidir permitir el acceso a internet a los estudiantes durante sus exámenes, con la única restricción de intercambio de mensajes. El Gobierno argumenta que internet y las computadoras son parte de la vida diaria y que por tanto debe ser incluida en el aula y los exámenes (http://thenextweb.com/europe/2009/11/05/students-denmark-allowed-full-access-internet-exams/).
En esas circunstancias el estudiante debe tener el conocimiento y sentido crítico suficiente para discriminar la información adecuada de la que no lo es y disponer de criterios para su filtrado y análisis. Además debe aprender a realizar una administración adecuada del tiempo disponible, para el examen, que suele ser limitado. Evidentemente todo ello requiere un nuevo enfoque educativo que seguramente los estudiantes adoptarán con relativa facilidad. La pregunta es si los profesores y autoridades educativas estamos preparados para ese cambio. Tengo mis dudas.
Tuesday, November 10, 2009
Si los partidos no confían en sus candidatos, ¿Podemos confiar los electores?
Algunos partidos políticos han puesto especial énfasis en el proceso de selección de sus candidatos a diputados, con el fin de asegurarse una total fidelidad de quienes salgan elegidos, a los principios del partido o mejor dicho, a lo que los guardianes de la fe interpreten lo que se consideran principios éticos e ideológicos.
Uno de los que ha sido más minucioso en ese proceso es el Partido Acción Ciudadana, para comprobarlo, dele una mirada a la página web del Partido (http://sitio.pac.cr/node/729). Primero, los aspirantes debían cumplir un periodo mínimo de militancia, luego asistir a la escuelita de aspirantes a diputado, en donde los supremos sacerdotes los instruían en temas como el modelo social, económico y ambiental, acción ciudadana y descentralización y la visión de desarrollo de Acción Ciudadana, no solo eso, durante los 3 fines de semana del curso, debían rendir pruebas orales y prácticas.
Al final del proceso debieron rendir una prueba escrita, una parte de la misma llama mucho la atención, la prueba del espejo, que me hizo recordar al personaje del cuento de Blancanieves y los siete enanos, que preguntaba: Espejito, espejito, ¿Quién es la más bella? En efecto, cada aspirante recibió un espejo y una pregunta que decía: Véase en el espejo y responda con toda honestidad ¿Ve usted en ese espejo a un/a Diputado/a PAC? Habría que ver si, como en el cuento, si el espejo respondía siempre con la verdad.
Todas esas pruebas fueron sometidas al escrutinio de una Comisión Evaluadora que procedió a calificarlas y decidir quiénes aprobaban y podían someter sus nombres a la Asamblea Nacional. Finalmente, la Asamblea Nacional, eligió a los candidatos.
Uno supondría que después de un proceso tan meticuloso, los candidatos seleccionados serían confiables, pero no es así, ni siquiera el Partido Acción Ciudadana confía en sus procesos de selección ni en los candidatos escogidos. De otra manera no se entiende la obligación que tienen los candidatos de firmar una millonaria letra de cambio que se hará efectiva si el diputado decide abandonar el partido o éste lo expulsa por no cumplir con los principios partidarios. Menos mal que esta disposición no se aplicó a los actuales diputados, que haciendo lo que tanto criticaron en los libertarios de la Asamblea anterior, se niegan a emitir el voto para la elección de un magistrado de la Sala Constitucional.
La garantía económica también se aplicará en el Movimiento Libertario, que tampoco parece confiar en sus propios candidatos y contradice el principio de libertad individual como columna vertebral de su ideología.
Si los propios partidos no confían en sus candidatos a diputados, ¿Cómo vamos a confiar los electores?
Uno de los que ha sido más minucioso en ese proceso es el Partido Acción Ciudadana, para comprobarlo, dele una mirada a la página web del Partido (http://sitio.pac.cr/node/729). Primero, los aspirantes debían cumplir un periodo mínimo de militancia, luego asistir a la escuelita de aspirantes a diputado, en donde los supremos sacerdotes los instruían en temas como el modelo social, económico y ambiental, acción ciudadana y descentralización y la visión de desarrollo de Acción Ciudadana, no solo eso, durante los 3 fines de semana del curso, debían rendir pruebas orales y prácticas.
Al final del proceso debieron rendir una prueba escrita, una parte de la misma llama mucho la atención, la prueba del espejo, que me hizo recordar al personaje del cuento de Blancanieves y los siete enanos, que preguntaba: Espejito, espejito, ¿Quién es la más bella? En efecto, cada aspirante recibió un espejo y una pregunta que decía: Véase en el espejo y responda con toda honestidad ¿Ve usted en ese espejo a un/a Diputado/a PAC? Habría que ver si, como en el cuento, si el espejo respondía siempre con la verdad.
Todas esas pruebas fueron sometidas al escrutinio de una Comisión Evaluadora que procedió a calificarlas y decidir quiénes aprobaban y podían someter sus nombres a la Asamblea Nacional. Finalmente, la Asamblea Nacional, eligió a los candidatos.
Uno supondría que después de un proceso tan meticuloso, los candidatos seleccionados serían confiables, pero no es así, ni siquiera el Partido Acción Ciudadana confía en sus procesos de selección ni en los candidatos escogidos. De otra manera no se entiende la obligación que tienen los candidatos de firmar una millonaria letra de cambio que se hará efectiva si el diputado decide abandonar el partido o éste lo expulsa por no cumplir con los principios partidarios. Menos mal que esta disposición no se aplicó a los actuales diputados, que haciendo lo que tanto criticaron en los libertarios de la Asamblea anterior, se niegan a emitir el voto para la elección de un magistrado de la Sala Constitucional.
La garantía económica también se aplicará en el Movimiento Libertario, que tampoco parece confiar en sus propios candidatos y contradice el principio de libertad individual como columna vertebral de su ideología.
Si los propios partidos no confían en sus candidatos a diputados, ¿Cómo vamos a confiar los electores?
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