¡Que jacha!
Habiendo vivido lo que los costarricenses hemos vivido durante los últimos años, se diría que estamos curados de espantos y que no hay nada que nos sorprenda. Craso error; nuestros políticos son capaces de volver a sorprendernos.
Al menos eso fue lo que me ocurrió ayer, al leer una nota de la versión electrónica del semanario El Financiero (http://www.elfinancierocr.com/edactual/economia1099436.html), noticia que difunden el día de hoy otros medios de prensa. La nota señalaba que el Comité Ejecutivo del Partido Unidad Social Cristiana había acordado, de forma unánime, pedirles a su par de Ángeles, Miguel y Rafael, los archifamosos expresidentes de la República, que se reincorporaran al partido y a la actividad política.
No solo eso, sino que además les piden que formen parte del Consejo Político Nacional, encargado de la orientación política, es decir de la política social, de la política económica y, entre otros, de la perspectiva ética del quehacer político del partido.
Me parece que la presunción de inocencia no da para tanto y mucho menos los principios éticos que deben regir a un partido político. Los políticos, como la mujer del Cesar, no solo deben ser honrados, sino parecerlo. El Comité Ejecutivo del PUSC no da una muestra de ética ni de respeto a sus correligionarios ni mucho menos ante la opinión pública. Lo único que demuestran es sumisión y la facilidad con la que doblan la cerviz para servir de alfombra a sus amos.
Solo falta que, para aprovechar su experiencia, les pidan que formen parte del tribunal de ética, o mejor aún, de la tesorería del partido. Como dice nuestro pueblo, ¡Que jacha!