El regreso de Hermes

Jorge Camacho Sandoval

Ante la intempestiva vacante de la Casa de los Sustos, como la llamaba el famoso general macedonio Parmenio, han empezado a surgir aspirantes para ocupar el cargo, guiados por su vocación de servicio público y espíritu de sacrificio. Entre ellos, como ave fénix, parece renacer Hermes, viejo dios, que vuelve a bajar del Olimpo para colaborar con los simples mortales, en este caso, para beneficio del máximo espectáculo de la plebe.

Ante esa posibilidad uno se pregunta: ¿Qué pinta un viejo dios griego en el moderno circo romano? Para intentar responde a esa pregunta tuve que acudir a la historia y ver que sustentaba ese afán de una divinidad para bendecirnos con su ayuda. Pronto me percaté de las múltiples razones que explican esa suerte nuestra.

En primer lugar, según la Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Hermes) Hermes es un especialista en el tema, no en vano es el dios del atletismo. Pero no solo eso, también es el dios de las fronteras y de los viajeros que las cruzan y como aspiramos a que nuestro equipo nacional cruce fronteras y llegue, en el 2010, al reino de Mandela, está clarísimo que Hermes velará porque eso ocurra. Pero además, también es el dios de los pastores y las vacadas, lo que es muy apropiado, si tenemos en cuenta el rendimiento de nuestras vacas, en Alemania, el año anterior.

La cosa no acaba ahí, viéndolo bien, Hermes no es un dios cualquiera, es un dios de inteligencias múltiples, como se dice ahora, con múltiples competencias profesionales, es un dios todo terreno. Además de los dominios ya mencionados, es el dios de los oradores, atributo fundamental para quién tendrá que convencer a los electores que designarán el nuevo jerarca de la Casa de los Sustos. También es el dios de de los mentirosos y de los ladrones, siempre al decir de la Wikipedia, lo que sin duda será una ventaja cuando se trate de negociar con los organismos supranacionales especializados, con los patrocinadores, con las agencias de viajes o con el Ministerio de Hacienda.

Sin duda Hermes tiene un currículum impresionante, fue un dios muy precoz, dice la mitología que el día en que nació inventó la lira y por la noche, se robó la vacada de Apolo. Nada mal para un recién nacido. En su papel de inventor, se cuenta el boxeo y varios tipos de carreras, lo que confirma su vocación por el deporte y el espectáculo

Su habilidad para relacionarse no es un atributo menor, como lo demuestra la intensa vida amorosa de Hermes y la numerosa prole que engendró. Afrodita, Aglauro, Driope, Herse, Pándroso y Quione fueron algunas de las que le concedieron sus favores. Con ésta última engendró a Autólico, que fue un maestro en el robo y en el hurto, ya que heredó de su padre la capacidad de transformar y desfigurar el producto de sus fechorías, ocultándolo así de sus dueños.

Sin embargo, la principal virtud de Hermes, a mi juicio, es su habilidad de llevar los sueños a los mortales vivos. Que maravilla para los costarricenses, alguien que nos haga soñar durante los próximos cuatro años.

Una advertencia final: este relato es producto de la imaginación; cualquier con similitud con personajes o situaciones de la vida real, es mera coincidencia.