A grosso
modo, parece que los principales componentes del precio, no digo costo, de los
combustibles, están claros (https://www.recope.go.cr/productos/precios/estructura-de-precios/):
el precio internacional de los mismos y los costos de ponerlos en nuestros
puertos, el costo de almacenamiento y movilización interna, los gastos administrativos,
los márgenes de comercialización y los impuestos.
El
margen de maniobra de nuestro país sobre los precios internacionales y el
transporte a nuestros puertos parece estrecho y no debería ser muy diferente
del de otros países de nuestro entorno, tenemos que jugar con esa realidad.
Adonde si podríamos, en teoría, tener mayores posibilidades de influir sobre el
precio es en lo que pasa una vez que el combustible llega al país. ¿Los costos
de transporte interno, de almacenamiento y distribución están optimizados? ¿Son
comparables a los costos de otros países? ¿Qué peso tienen los gastos de RECOPE
sobre el precio final?
En
resumen, como lo señaló el Regulador, a la luz de la estructura de precios, una
posibilidad es reducir los costos de RECOPE, la misma institución que tiene una
convención colectiva famosa por los pluses que otorga a su planilla y que, al
decir popular, tiene una refinadora que no refina, pero mantiene la planilla
como si lo hiciera. No obstante, la incidencia que se podría tener por esta vía, en el control del precio, es muy limitada si se tiene en cuenta que los rubros
relativos a costos de operación de RECOPE, salarios y cargas sociales representan alrededor del 8.5% del precio final.
El otro
rubro que influye mucho sobre el precio final es el impuesto a los
combustibles, alrededor del 30% del precio final, que podría reducirse, dice el
Regulador, pero a costa del desequilibrio fiscal. Lo que quiero decir es que no
parece haber secretos en los factores que inciden sobre el precio y que si el
gobierno quiere controlarlo, es sencillo concluir adonde se debe meter
el bisturí. Basta con revisar la información disponible en la página web de
RECOPE y hacer una búsqueda en google, para enterarse de mayor detalle, así
como de los precios al consumidor final en los países de la región. ¿Por qué tenemos
los combustibles más caros? Me llama la atención que en países cercanos, en
donde el negocio de los combustibles está en manos privadas, los precios para
el consumidor final son menores que los nuestros.
Así que
la alharaca del Presidente Solís sobre el precio de los combustibles tiene
pinta de que no pasará de ser un nuevo gesto hacia la galería, un saludo a la
bandera sin resultados tangibles en el bolsillo de los costarricenses. ¿Nos
apostamos un tanque de combustible?