Tuesday, December 20, 2005
Internet del ICE, internet tercermundista
Hace meses, con bombos y platillos, el ICE anunció un incremento en la velocidad de conexión del servicio de banda ancha y una reducción de las tarifas. Semanas después del anuncio, los usuarios nos enteramos que, finalmente, la Junta Directiva aprobó el nuevo plan de tarifas y su envío a la ARESEP. Varias semanas después, seguimos igual, sin ninguna mejora en las tarifas y el servicio. Si el precio de los combustibles se moviera a ese ritmo, probablemente tendríamos el litro de gasolina súper a 150 colones.
En el ínterin, El Financiero nos informa que solo un porcentaje limitado de las conexiones disponibles han sido demandadas por los usuarios y en el mismo reportaje los funcionarios del ICE reconocen que la principal razón de la baja demanda del servicio se debe al esquema de tarifas imperante.
Pero que les importa a los funcionarios y directivos del ICE las tarifas y la velocidad de conexión, si los usuarios somos un mercado cautivo, víctimas del monopolio, sin más opciones para adquirir el servicio que una subsidiaria del mismo ICE.
En el primer mundo, España por ejemplo, la empresa Wanadoo, ofrece ADSL asimétrico, de 20Mbps/1Mbps, si, 20 megas de bajada, por 20 euros (US$24) al mes. No solo eso, el servicio incluye, por esa tarifa, sin cuota de suscripción inicial, todas las llamadas nacionales las 24 horas del día, 15 cuentas de correo de 100 MB cada una y un espacio para web de otros 100 MB. Adicionalmente, le garantiza servicio vía telefónica si se interrumpe el servicio de banda ancha.
En comparación con el servicio del ICE, que exige, para la conexión de 128Kb/64Kb, un depósito de garantía de $25 y una tarifa de $28.25, y que por ello ofrece una cuenta de correos de 10 Mb. y nada más, la conclusión no puede ser otra, tenemos un servicio de tercer mundo.
En la era de la información, uno de los síntomas y causas del subdesarrollo es el acceso a la misma. Por ello se habla de la brecha digital, relacionada con las diferencias en conectividad y acceso a la información entre los países desarrollados y los países eufemísticamente llamados “en vías de desarrollo”. Si tenemos en cuenta las diferencias en poder adquisitivo de la población en ambos grupos de países y las diferencias en precio y calidad de los servicios de Internet, es obvio que además de ofrecernos un servicio tercermundista a precios de primer mundo, el ICE nos condena a mantenernos rezagados en la carrera por cerrar la brecha digital.
Jorge Camacho Sandoval
jcamacho@ice.co.cr
Monday, October 17, 2005
Internet del ICE: ¿Que pasa con la velocidad?
Hace unos meses, con la propaganda del ICE sobre las ventajas de su servicio ADSL, decidí cambiar mi conexión de cable modem por el nuevo servicio.
Aunque el servicio es bastante estable, rara vez alcanza la velocidad que se supone que uno contrató, a juzgar por las pruebas que ofrecen numerosos sitios en la red. Por otra parte, mientras el otro proveedor, la seudo competencia creada por el mismo ICE, anuncia y pone en práctica de inmediato un incremento en la velocidad y una reducción de tarifas, los suscriptores del ICE debemos esperar.
El Instituto anunció, disque como reacción al anuncio de su subsidiaria, un incremento de velocidad, sin llegar a triplicarla como RACSA, pero a la fecha, seguimos igual.
No me sorprendería que ocurriera lo mismo que a los usuarios que requieren servicios de celulares GSM, es decir, que debamos esperar meses para pode disponer del servicio.
En esas condiciones se entiende cual es el temor de los sindicatos del ICE ante la apertura del mercado de las telecomunicaciones.
Jorge Camacho S.
Monday, October 03, 2005
¿Participación ciudadana o del ciudadano Solís?
En primer lugar se establecieron restricciones a la participación, bajo el subterfugio de cursos de capacitación y exámenes de idoneidad, en los que la decisión del "aprobado" quedaba en manos de unos pocos, a su véz designados por la cúpula. De ésta manera se inhibía la participación de algunos y se le presentaba a la soberana Asamblea una lista "filtrada" por los guardianes de la fe.
En segundo lugar, una comisión, también de las alturas, tenía la potestad de proponer candidatas para equilibrar los géneros en las papeletas, sin que las candidatas propuestas tuvieran que haber cumplido con los trámites de capacitación y examen requeridos por los militantes comunes, sin amigos en los niveles de decisión.
Finalmente, el mesías, es decir el candidato, tuvo la oportunidad de proponer siete candidatos, que tampoco tenían que cumplir requisitos, bastaba gozar de la confianza de Solís.
Me pregunto: ¿Cuál es la diferencia entre éste proceso y el de Liberación, por ejemplo? Personalmente no veo ninguna, ni siquiera en los argumentos para defenderlo.
Sigo pensando que no hay palo en que ahorcarse.
Jorge Camacho
Saturday, October 01, 2005
El desastre de la Caja
El desastre de la CCSS
Jorge Camacho Sandoval (jcamacho@ice.co.cr)
Al hablar del desastre de la CCSS, seguramente la mayoría se imaginará el terrible incendio del Hospital Calderón Guardia y las 19 víctimas del descuido y la negligencia. En mi opinión ese no es el desastre, sino una consecuencia del desastre administrativo y de gestión que carcome a la institución desde hace décadas.
Ya es imposible tapar el caos existente, que se refleja no solo en el incendio, sino en las incontables fallas y deficiencias que sufren, un día sí y el otro también, los indefensos usuarios, obligados a pertenecer a un sistema incapaz de satisfacer, oportuna y adecuadamente, sus necesidades de servicios de salud.
Madrugar para hacer largas colas con el propósito de obtener una cita para ser atendido; consultas que se producen, con suerte, mucho tiempo después de la hora fijada, porque el médico llega tarde o se va temprano, a sus menesteres privados; indeferencia y trato grosero, como si el servicio no estuviera prepagado; consultas apresuradas para cumplir la cuota de pacientes que le exige la Caja a sus profesionales de la medicina; pruebas diagnósticas que se programan para meses posteriores, como si el dolor o la enfermedad esperaran sin perjuicio del paciente, cirugías para el año siguiente, como si la muerte trabajara al ritmo de la Caja, sobreirradiaciones sin asumir responsabilidades posteriores, recursos de amparo para obtener servicios de salud, como si fueran un lujo. A todo eso hay que agregar el desabastecimiento de medicamentos, las campañas de recolección de fondos de pacientes a quienes la Caja es incapaz de brindarle los servicios que requieren y deben buscarlos en otros países, décadas de espera para construir un hospital y un largo etcétera.
Detrás de todo ello encontramos políticos choriceros, haciendo grandes negocios con la adquisición de equipos, medicamentos e infraestructura, sindicatos corruptos ordeñando a manos llenas la ubre institucional, profesionales haciendo negocios privados con pacientes y bienes de la Caja, biombos y otras corruptelas, para reducir las listas de espera que ellos mismos provocan, patronos morosos, confiados en la incapacidad de la institución para cobrarles y a la espera de la próxima amnistía y un gobierno confiscatorio, que además de no pagar, extrae recursos de la Caja para saciar su voracidad fiscal.
Por supuesto que también hay muchos funcionarios abnegados, hartos también del sistema, que se esfuerzan por brindar el mejor servicio posible y que desean, como los usuarios, que alguien haga algo para recuperar el espíritu solidario y de servicio que le dio vida a la institución. Es urgente, como señaló El Financiero, la cirugía mayor en la Caja, y si no es pronto, quizás la próxima intervención sea post mortem.